lunes, 19 de junio de 2017

Normatividad en Talento Humano (ISO 14001)



La participación de los empleados en los planes y proyectos de gestión ambiental es fundamental, tanto como la de la alta gerencia.  Para alcanzar el éxito se requiere realizar procesos de motivación (Robbins, 2002)

Existen diversas formas para motivar al personal desde el punto de vista del medioambiente. Éstas se distinguen entre dos factores, principalmente: intrínsecos y extrínsecos (Ramus, 2001).

Los estímulos tienen distintos efectos de individuo a individuo, por tanto, los encargados del manejo de los recursos humanos no deben seguir un programa ajustado para motivar a todos los empleados; ellos deben tener en mente los diferentes factores de motivación y desarrollar un sistema de recompensas que satisfaga a todos los trabajadores (Govindarajulu, 2004).

Un sistema de recompensas como lo mencionan Govindarajulu y Daily (2004) dentro de los cuatro factores que se asocian al funcionamiento de la gestión medioambiental, suele ser efectivo para motivar a los empleados, sobre todo las monetarias, las cuales pueden ser uno de los motivadores más fuertes para inducir a empleados a que participen en esfuerzos ambientales. Lo anterior es reforzado por Fernández et. al. (2003) al manifestar que algunas empresas utilizan sistemas de reconocimiento público para alcanzar los objetivos en el área de medio ambiente. Esto es con frecuencia una remuneración financiera. Daily (2001) menciona que un buen sistema de recompensas permite que los empleados continúen con las buenas prácticas medioambientales.


Involucrar a los empleados ha adquirido una especial popularidad en las organizaciones. Magjuka y Baldwin citados por Govindarajulu y Daily (2004), encontraron que los equipos diseñados para los programas de involucramiento de los empleados es concebido como el principal ingrediente para el buen funcionamiento de la organización.

Ciertos elementos son los que determinan cómo los empleados pueden llegar a estar involucrados en cuestiones de medioambiente. Forman y Jorgensen (2001) destacan la necesidad de que la gerencia se sienta capaz de involucrar a los empleados a partir de cuatro aspectos básicamente:

a). Las tareas ambientales detrás de los empleados.
b). El tipo de tarea en la que los empleados deben estar involucrados.
c). La determinación de la concentración en el trabajo.
d). Los trabajadores específicos que van a participar en tales tareas.

Reforzando la necesidad de dar entrenamiento a los empleados manifestado por Fernández (2003), Henning (2001) menciona que la educación y el entrenamiento de la fuerza laboral ha sido reconocida como un ingrediente esencial en la promoción e implantación de prácticas de gestión medioambiental en las organizaciones.

Por otro lado (Del Brío et. al, 2001) encontraron que a pesar de que un reducido número de empresas de su muestra reportaron que alcanzaron menos del 50% de éxito al implantar ISO 14001; la principal razón por la que éstas compañías manifestaron haber fallado fue la carencia de entrenamiento de los empleados.

Son diversas las causas por las cuales las empresas deciden implantar un sistema de gestión medioambiental: Obtener una certificación, mejorar la imagen, disminuir los costos, responder a presiones externas a la organización, entre otras.

El recurso humano juega un papel muy importante en la implantación de sistemas de gestión medioambiental, sin embargo, se trata de un recurso muy complejo, debido a que cada persona actúa de manera diferente ante la misma situación, por lo que es importante que la persona encargada de su manejo tenga la habilidad de identificar las características de los empleados y con base en ellas, diseñar programas de motivación que permitan que los empleados decidan participar en este proceso, esto debido a que, con frecuencia los empleados consideran la implantación de un nuevo sistema como un trabajo adicional y se les dificulta incorporarlo a su trabajo diario.

El líder de la organización tiene la difícil tarea de lograr que los trabajadores logren integrarse a esa nueva cultura, a través de ciertas estrategias encaminadas a la concientización de los trabajadores sobre la importancia de implantar sistemas de gestión medioambiental como parte de un compromiso social, así como los beneficios personales y de la organización que este proceso proporciona.


Una comunicación efectiva y lograr involucrar a los empleados en los esfuerzos medioambientales favorecerá el éxito en la implantación de este sistema, agregando por supuesto el oportuno  entrenamiento.


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